sábado, 20 de mayo de 2017

Unidos por una pasión

Calle Santiago de Compostela, mayo 2017. Foto: Laura Montero
 La petanca plantea una paradoja: es una práctica individual, pero al mismo tiempo tiene un aspecto colectivo. El éxito del jugador depende de su habilidad técnica, aunque la celebración solo será plena cuando se disfruta en compañía de compañeros y amigos.
 
Este fenómeno es más evidente en los entrenamientos y campeonatos organizados a nivel amateur. Los vecinos del Barrio del Pilar lo saben de primera mano. Los mayores disfrutan en la calle Santiago de Compostela de un pequeño y acogedor espacio donde pueden practicar este deporte.
El jugador de petanca realiza un lanzamiento, mayo 2017. Foto: Laura Montero
 El sonido de la bola metálica impactando contra el suelo constituye para ellos una auténtica pasión. Una vez comienzan los lanzamientos, las horas se tornan en minutos, y las tardes se antojan más efímeras.
 
Los jugadores encuentran en la petanca una forma de mantenerse activos, mientras charlan y se lo pasan bien respirando aire puro. Juan Álvarez asegura orgulloso que "son muchos años viniendo aquí, esto ya es como una familia".
Los participantes limpian las bolas, mayo 2017. Foto: Laura Montero
 Los ejercicios se realizan en un ambiente distendido pero no por ello exento de rigor. Las bolas se limpian con frecuencia, y se miden las marcas de los distintos jugadores, para así llevar un buen control.
 
Además de la petanca, en esta 'ciudad deportiva' en miniatura se realizan otras actividades como los juegos de cartas.
Vecinos del Barrio del Pilar juegan a las cartas, mayo 2017. Foto: Laura Montero
 Las opciones son diversas. La meta es común: deporte, entretenimiento y socialización.

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